martes, 10 de junio de 2008
Ingresar a la educación superior implica enfrentar de otro modo la rutina: pasar más tiempo fuera de la casa, tener los minutos justos entre clase y clase, trabajar y estudiar a la vez y tratar de rendir al máximo. Todo esto, sumado a una cuota de estrés y presión, forman parte de las nuevas exigencias de quienes se convertirán en profesionales. Pero una de las alteraciones más complicadas a la hora de enfrentar un horario nuevo es la alimentación, pues -debido al poco tiempo y las exigencias del medio- el desayuno, el almuerzo y la cena se pasan por alto.
Según los estudios, una de los factores importantes a la hora de medir el rendimiento académico es la alimentación. Un buen desayuno permite comenzar con energía el día. El almuerzo ayuda a mantener el ritmo y la concentración, para terminar con una once o cena que recargue de energía el organismo.
Sin embargo, la mayoría de los universitarios confiesa no tener tiempo para almorzar, por falta de tiempo o porque aprovecha esa hora para hacer trabajos, estudiar o realizar trámites. Lo que ellos no saben es que una dieta ineficiente puede influir negativamente en el éxito académico que quieren alcanzar durante el año.
"Estudio de noche y lo único que como a la hora del recreo es un completo de $250. Eso tiene que durar hasta las diez y media u once de la noche. Casi el 70% de mis compañeros come lo mismo, otros se inclinan por las hambruguesas, sopaipillas y arrollados primavera y, los más saludables, se compran una porción de queque", cuenta Cristián Cáceres, estudiante de la Universidad de las Américas.
La comida rápida es una de las preferidas a la hora del almuerzo. Nadie tiene los minutos necesarios para sentarse a comer un plato de comida, ensaladas o frutas. El sándwich es el más cotizado entre los universitarios. "Casi siempre me llevo un pan a la universidad, porque no voy a andar con una vianda de comida en la mochila, casi todos los días me como un sándwich", confiesa Cristián.
Los especialistas recomiendan mantener los hábitos alimenticios cuando se es estudiante. Los exámenes, trabajos, salidas a terreno y las exigencias académicas proporcionan un desgaste del organismo que los jóvenes no logran notar, pero que, a largo plazo, puede influir no sólo en el rendimiento, si no también en la salud. Debido a esto, los especialistas recomiendan comenzar el día con un buen desayuno. A pesar de tener poco tiempo, es preferible levantarse diez minutos antes de la hora y preparar un completo desayuno donde la leche, el yogurt y los cereales estén presentes (Tómate tu tiempo en la hora de las comidas, para que el organismo digiera lentamente los alimentos).
Para el almuerzo, las frutas y verduras son indispensables a la hora de recargar el organismo. Es mejor consumir vitaminas que llenarse con pan y golosinas. No olvides nunca el refrán: "cuerpo sano, mente sana" .... y EXITO ESTUDIANTIL.
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